
Dejaron un pan en la mesa,
mitad quemado, mitad blanco,
pellizcado encima y abierto
en unos migajones de ampo.
Me parece nuevo o como no visto,
y otra cosa que él no me ha alimentado,
pero volteando su miga, sonámbula,
tacto y olor se me olvidaron.
Huele a mi madre cuando dio su leche,
huele a tres valles por donde he pasado:
a Aconcagua, a Pátzcuaro, a Elqui,
y a mis entrañas cuando yo canto.
Otros olores no hay en la estancia
y por eso él así me ha llamado;
y no hay nadie tampoco en la casa
sino este pan abierto en un plato,
que con su cuerpo me reconoce
y con el mío yo reconozco.
Se ha comido en todos los climas
el mismo pan en cien hermanos:
pan de Coquimbo, pan de Oaxaca,
pan de Santa Ana y de Santiago.
En mis infancias yo le sabía
forma de sol, de pez o de halo,
y sabía mi mano su miga
y el calor de pichón emplumado...
Después le olvidé, hasta este día
en que los dos nos encontramos,
yo con mi cuerpo de Sara vieja
y él con el suyo de cinco años.
Amigos muertos con que comíalo
en otros valles, sientan el vaho
de un pan en septiembre molido
y en agosto en Castilla segado.
Es otro y es el que comimos
en tierras donde se acostaron.
Abro la miga y les doy su calor;
lo volteo y les pongo su hálito.
La mano tengo de él rebosada
y la mirada puesta en mi mano;
entrego un llanto arrepentido
por el olvido de tantos años,
y la cara se me envejece
o me renace en este hallazgo.
Como se halla vacía la casa,
estemos juntos los reencontrados,
sobre esta mesa sin carne y fruta,
los dos en este silencio humano,
hasta que seamos otra vez uno
y nuestro día haya acabado...
Gabriela Mistral.
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Vamos, cualquiera le pide una migaja!!
ResponderEliminarTu crees que me dará?
Un abrazo Pepa, y me alegro que estés por aqui sana sanota!
Pues he de decirte, Arena, que acaba de aprender a decir que no. A todo dice que no, así que, dudo mucho que te dé una migaja, jajajajajajajaja
ResponderEliminarMuchas gracias por alegrarte de que esté de vuelta, sana, sanota :)
Un beso, guapa.
Esos "olores" que nos quedan de por vida, que significan tantas cosas, están guardaditos en la memoria...
ResponderEliminarBello Pepa, me encantó
Abrazos!
Hola, Adriana!!
ResponderEliminarMe gusta que te guste :)
Un beso.
Madame, no sé si la imagen le hizo recordar el poema o el poema le inspiró la imagen, pero riman perfectamente el uno con el otro. Qué preciosidad!
ResponderEliminarFeliz dia
Bisous
Yo os saco de dudas, madame.
ResponderEliminarCuando vi en la foto a mi calabacita, con ese pan en la mano y esa carita, me acordé del poema y pensé lo mismo que vos. Están hechos el uno para la otra :)
Feliz tarde.
Un beso.