Con su más terca luz el mediodía
vuelve a darme en los ojos. Alguien, antes
que yo, se ha levantado y ha dejado
los postigos abiertos al marcharse.
Camino hacia esa luz, pensando sólo
en encontrar el rastro de sus pasos,
pero afuera las calles y los huertos,
los jardines y el tiempo se confunden,
todos los rostros son el mío, todas
las voces son un eco de mi voz.
Una pequeñísima parte del libro: "Una canción extranjera", de mi amigo, Ángel Paniagua.
Disculpad que no haya pasado por vuestros rincones pero acabo de llegar de Barcelona y aún no he podido ponerme al día.
Prometo hacerlo en breve.
vuelve a darme en los ojos. Alguien, antes
que yo, se ha levantado y ha dejado
los postigos abiertos al marcharse.
Camino hacia esa luz, pensando sólo
en encontrar el rastro de sus pasos,
pero afuera las calles y los huertos,
los jardines y el tiempo se confunden,
todos los rostros son el mío, todas
las voces son un eco de mi voz.
Una pequeñísima parte del libro: "Una canción extranjera", de mi amigo, Ángel Paniagua.
Disculpad que no haya pasado por vuestros rincones pero acabo de llegar de Barcelona y aún no he podido ponerme al día.
Prometo hacerlo en breve.
Madame, bienvenida a la realidad despues de los dias de ilusion de las vacaciones. Espero que los haya disfrutado.
ResponderEliminarHa elegido un bonito fragmento para su reaparicion..
Bisous
Para ser una pequeña parte del libro, es muy grande o mucho lo que expresa en un trozo tan pequeño.
ResponderEliminarBienvenida Pepa.
Un saludo y un abrazo
Pepa, que tu primera entrada tras la vuelta de vacaciones se titule "La Senda del Cementerio" no habla muy bien de tu estado de animo... ;-)
ResponderEliminarBromas aparte, muy hermoso texto y fotografía.
Bienvenida!