miércoles, 27 de mayo de 2009

NO ESTÁS SÓLA


Tenía 31 años y apenas había vivido nada. Durante los doce años que había durado su matrimonio, su existencia se limitaba a cuidar de sus hijos, su casa y por supuesto, su marido. Nada especial ni extraordinario acontecía en sus aburridos días en un pequeño piso de una calle, en otro tiempo de extramuros. Su marido era un hombre serio, envidioso y dictatorial. Jamás la había dejado que trabajara fuera de casa y mucho menos, que saliera de ella sin él acompañarla, cosa que, por otra parte, no ocurría con frecuencia. Un domingo cualquiera, de un mes cualquiera, la sentó en el sofá de la casa y le dijo que se marchaba con otra mujer y otros hijos. Su vida, entonces, se convirtió en un infierno y no sabia por qué, porque, al fin y al cabo, se había librado de un ser despreciable, sin embargo, el mundo se le venía encima. Se vio sin trabajo, con dos niños, una hipoteca y sin saber que hacer. Como pudo y con ayuda de personas que realmente la querían, encontró un trabajo con el que, por lo menos, poder dar de comer a sus hijos y salir adelante. Pasaron los meses y su vida seguía sin cambios sustanciales. Habían logrado sus amigos que, al menos, de vez en cuando saliera de casa a divertirse un rato y así, con el cariño de muchos, volvió a sonreír y aquella noche en la que Angelita la había convencido para salir a tomar una copa, un hombre se cruzó en su camino. Hablaron toda la noche. Él le contó como había sido su vida hasta entonces y ella le contó la suya. Los ojos de él la miraban con un brillo especial y a altas horas de la madrugada la invitó a su casa a desayunar. La casa era vieja y bastante humilde, pero estaba limpia y sobre todo, olía a cariño y a familia. Él le tendió una taza de café que ella aceptó gustosa y con una sonrisa en los labios, le preguntó: “¿Puedo hacerte una pregunta?”. Ella sonrió y respondió: “Sí, puedes besarme”.
Pepa Chacón.

1 comentario:

  1. Precioso
    Me he emocionado mucho
    Me encanta la historia , y la reflexión que podemos sacar ...
    Gracias por compartirla
    Un abrazo enorme preciosa
    Si subi un día a Murcia , no te libras de dártelo en persona :-)

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