
¡No preguntes! ¿Para qué?
Tú imaginas la respuesta.
¡Quédate en la ignorancia!
Tal vez, no saber, menos duela.
No quieras escuchar
palabras que no deseas.
Te harán daño, lo sabes.
Te inundarán de tristeza.
Las dudas también asfixian.
Te envuelven como la hiedra,
aprietan el corazón
y envenenan la cabeza.
Tengo que saber.
Quiero tener certeza.
Debo de preguntarlo
aunque la respuesta duela.
Hoy me has dicho: “Sí, la quiero”.
Hoy mi corazón se encoje.
Más que encogido, se ha roto,
en mil pedazos deshecho.
Cual precisión cirujana,
tus palabras me abrieron.
Un escalpelo de acero
has hundido en mi pecho.
Y de igual manera seguiré,
aunque me muera por dentro.
Aunque el corazón se encoja…
“Te quiero”…confieso.
Pepa Chacón.
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