
Soy el Año Nuevo y vengo a tí puro e inmaculado.
Cada día es una perla de gran precio que te es concedida para que la ensartes en el hilo de plata de la vida.
Una vez ensartada, ya no puede desenhebrarse jamás.
Debes fundir entonces, cada minuto, como eslabón dorado a la cadena eterna de las horas.
En tus manos te han sido entregados riqueza y poder para hacer de tu vida lo que quieras.
Te doy, libremente y sin reservas, doce meses gloriosos de lluvia refrescante como una caricia y de luz de sol con fulgores de oro.
Los dias, para trabajar y recrearte en la belleza de las cosas; las noches, para que duermas con un sueño tranquilo.
Todo lo que tengo te lo doy con amor que no puede definirse.
Todo lo que te pido es que no permitas que nadie oscurezca tu visión.
¡¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!!
Brindaré por vosotros, para que la vida os sonría, en el nuevo año.
Muchos besos.
Pepa.
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