viernes, 3 de septiembre de 2010

LA MORENICA







La devoción del pueblo murciano por Ntra. Sra. de la Fuensanta es muy antigua, surgiendo a partir de la aparición de la Virgen en el monte conocido como El Hondoyuelo.
Cuenta la leyenda que en esta sierra, situada a unos 5 kilómetros de la capital y ya considerada como enclave sagrado por las primeras civilizaciones que habitaron la zona, María había hecho brotar la “fuente santa” que dio nombre a la advocación. El pequeño manantial aún hoy riega aquel paraje y desde el siglo XV consta la existencia de una ermita en honor a la Virgen coronando el lugar.
La historia de cómo La Fuensanta ha pasado a convertirse en una de las más importantes devociones de España comienza el 17 de enero de 1694. En esa fecha, tras una larga sequía que azotaba toda la zona, se acuerda bajar la imagen de la Virgen por vez primera hasta Murcia. Con aquella romería se imploraba la lluvia necesaria para los cultivos, relatando las crónicas de la época que, al finalizar la rogativa, llovía copiosamente e incluso llegaba a nevar. Por entonces se tenía como patrona de la ciudad a Santa María de la Arrixaca, venerada desde la Reconquista en la iglesia conventual de San Andrés. Pero el milagro del agua se repetía en las sucesivas romerías y la Virgen de la Fuensanta rivalizó pronto en popularidad con La Arrixaca, llegando a ser nombrada como nueva patrona de la Ciudad y su Huerta en 1731.

El Santuario de la Virgen es hoy uno de los más visitados del país, no sólo como lugar de peregrinación sino también por la belleza del enclave. Sobre la ermita primitiva, descrita en antiguos documentos como “entre iglesia y mezquita”, empieza a construirse a finales del XVII un nuevo templo más acorde con el gran poder de convocatoria que estaba adquiriendo La Fuensanta. Se trata de un edificio de estilo barroco, enriqueciéndose en épocas posteriores y sufriendo una importante restauración tras la Guerra Civil. En el interior de la iglesia se encuentra la venerada talla de la patrona, una escultura de origen gótico y retocada en el siglo XVIII por el imaginero Roque López, atribuyéndose el Niño a Francisco Salzillo. La hermosura de la imagen es indiscutible, cuyo aspecto se embellece con lujosos ropajes, joyas y coronas regaladas por los fieles, siendo el color tostado de su cara el que ha motivado que sea cariñosamente conocida con el sobrenombre de “La Morenica”. También encontramos en el templo importantes frescos del pintor Pedro Flores alusivos a la advocación, así como una hermosa colección de relieves sobre temas evangélicos marianos realizados por el escultor Juan González Moreno. El Santuario está custodiado por un monasterio de religiosas benedictinas, constituyendo ambos desde su encumbrado emplazamiento el mejor mirador sobre Murcia y toda la Vega del Segura.





Ayer, la Morenica, bajó a Murcia desde su santuario. El martes 14 volverá a él seguida de todos sus romeros.
Comienza la Feria de Murcia.


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